Carta Pastoral:
“Redimidos por la Sangre de Cristo”
¡Paz
en Cristo nuestro Sumo y Eterno Sacerdote!
“¡Cuánto más, pues, siendo justificados
por su sangre, seremos por Él librados de la ira! Rom 5,9
Ahora,
queridos hermanos en Cristo, les quiero hablar de un tema fundamental para la Iglesia
en general y para cada cristiano en particular, tema sobre el cual descansa la
fe de la Iglesia: La justificación por la Fe.
Es
un hecho conocido y aceptado por todas las Iglesias CRISTIANAS, que, desde Adán y Eva, hasta nuestros días “Todos han
pecado y se encuentran privados de la gloria de Dios” Rom 3,23; “Si decimos
que no hay pecado en nosotros, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no
esta en nosotros.” 1 Jn 1,8.
Y
solamente podemos ser salvos por la Fe en Jesucristo: “Porque por medio de Él es revelada la
justicia de Dios por Fe y para Fe. Como esta escrito: El justo será salvo por
la Fe.” Romanos 1,17
Resumiendo:
Somos
salvos por la Fe en Jesucristo (Rom 1,17) y justificados por la sangre de
Jesucristo (Rom 5,9) y no por obras de la carne ( “porque ninguna carne es justificada
delante de Él por las obras de la ley” Rom 3,20; Gal 2,16; Tito
3,5).
¿Qué
significa esto?
-
Que la salvación
es un don gratuito de Dios (“Porque es por su gracia que hemos sido salvos, mediante
la fe; y esto no surgió de ustedes, sino que es don de Dios”. Ef
2,8
-
Por tal motivo
nadie debe jactarse (Ef 2,9)
Es
ahí donde empiezan las contradicciones entre muchos cristianos, que suponen que
pueden comprar con las riquezas del mundo el “don de Dios”. (Hch 8,20)
Las
“riquezas del mundo” son las (supuestas) buenas acciones, oraciones,
peregrinajes, penitencias, ministerios, apostolados, ofrendas y todo aquello
que hacen creyendo que con eso “compraran su salvación (el don de Dios).
¿y
que es lo que produce esta herejía?
Que
muchos (supuestos) cristianos que oran mucho, ayunan, ofrendan, predican, hacen
“obras de caridad”, y muchas otras cosas piensen que están comprando o por lo
menos aportando “algo” a su salvación.
¡Error!
La
salvación realizada por nuestro Señor Jesucristo fue perfecta, completa, la
obra redentora de Cristo fue TOTALMENTE CONSUMADA POR SU SANGRE, Él mismo lo
dijo en la cruz: “He aquí, consumado es”. Jn 19,30
Y
esto hace que se despierte en el corazón de esos (supuestos) cristianos muy
variados sentimientos:
-
Orgullo
-
Soberbia
-
Desprecio por
los demás
-
El deseo de
querer juzgar a los demás que no son tan “perfectos como ellos” (según su
propia opinión).
-
Criticas
-
Chismes
-
Enemistad
-
Contiendas
-
Ira
-
Divisiones
-
Sectarismo
-
Rencor (Gal
5,19-20).
Cuanto
entendemos que la salvación que nos otorgo nuestro Señor Jesucristo es un REGALO, transforma nuestro corazón, y
empezamos a sentir:
-
Amor
-
Gozo
-
Paz
-
Paciencia
-
Afabilidad
-
Bondad
-
Confianza
-
Humildad
-
Dominio de si
mismo (Gal 5,22-23)
Los
cristianos, debemos estar siempre agradecidos con nuestro Señor Jesús, y
recordar que nosotros no debemos juzgar a nuestro prójimo (Lc 6,37).
Nuestro
PROPOSITO como
parte de la familia de la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de las Américas es GANAR EL
MUNDO PARA CRISTO, lo cual consiste en que:
-
Las personas conozcan
a Dios (Jn 17,3)
-
acepten a Cristo
(Rom 10,8-10),
-
se bauticen en
el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28,19),
-
sean parte de la
Iglesia y no dejen de congregarse (Heb 10,25) para la Celebración de la Divina
Liturgia (Hch 2,42.46; Hch 20,7; 1 Cor 11,23-28;),
-
participando del
Sacramento del precioso Cuerpo y la preciosísima Sangre de nuestro Señor
Jesucristo (Jn 6,54-58)
-
alimentándonos de
la Palabra de Dios (Jn 17,17; Jn 5,39)
-
y llevando una
vida piadosa (Fil 1,27).
Dios
nos ha salvado por medio de su Hijo Jesucristo por pura misericordia y ahora
nos da el PRIVILEGIO de alcanzar a
otros para que también reciban esta salvación.
Desde
el tiempo de los apóstoles hubo el intento de “comprar” el DON DE DIOS, vasta
recordar a Simón el mago (Hch 8), a este pecado se le llama el pecado de Simonía.
La mayoría de las personas relaciona esto con la “venta de indulgencias”, la
venta de los Sacramentos o de los puestos clericales que se llevaron a cabo en
el oscurantismo (y que tristemente todavía se lleva a cabo en muchas iglesias),
pero también tiene que ver con la idea de querer comprar la salvación mediante
las obras.
Los
cristianos debemos vivir santamente, pero no porque con eso vayamos a comprar
nuestra salvación, sino como una expresión de nuestro amor para con Cristo por
la salvación que nos regalo (St 2,26; 1 Jn 4,8).
En
estos tiempos más que nunca, en los cuales la mentalidad es que (supuestamente)
todo se puede comprar, que todo tiene un precio, debemos volver a las fuentes
de la Fe de la Iglesia y entender que fuimos comprados (rescatados) a un alto
precio (uno que ningún ser humano podía pagar), fuimos comprados por la bendita
sangre del Cordero de Dios, somos justificados por la sangre de nuestro Señor
Jesucristo, sin que nosotros hayamos hecho nada para merecerlo.
Oremos
por aquellos que viven queriendo comprar su salvación y que jamás lo conseguirán.
Oremos
por aquellos que son victimas de estafadores que les dicen que les pueden
vender su salvación.
Oremos
por aquellos cuya Fe es un negocio, para que se arrepientan.
Oremos
por aquellos que ponen su confianza en los hombres o en iglesias y algunos en
su “canonicidad) y no en Cristo, para que entiendan que “Y en nadie más hay salvación, porque no
existe otro Nombre bajo el Cielo dado a los hombres por medio del cual hayamos
de ser salvos”. Hch 4,12
Si
deseas conocer más de Cristo, si deseas entregarle tu vida al Señor Jesús, si
deseas que oremos por ti por alguna necesidad en particular o descubrir las
maravillas que Dios te tiene deparadas, comunícate con nosotros.
Desde
hoy todos los que formamos la familia de la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de las
Américas estaremos orando por ti y por los tuyos.
Su
hermano en Cristo:
Monseñor
+Atanasio
Obispo.